Hoy queremos expresar nuestro agradecimiento al colectivo de trabajadores sociosanitarios de residencias y todo aquel que ha estado al pie del cañón durante todo este tiempo que llevamos de pandemia.
Su labor durante esta situación no es suficientemente conocida ni reconocida ni valorada.
Permítanme que les cuente el trabajo de los trabajadores de una residencia.
Siempre en contacto directo con nuestros mayores, los cuidan, les miman, les dan cariño y les apoyan en todo momento. Les ayudan o les dan de comer y beber. Les limpian, le quitan los vómitos, los pises, las cacas, los acompañan cuando es necesario también a hacer sus necesidades y les duchan, les afeitan para que estén guapos y a ellas les peinan y las perfuman cada día. Están pendientes de si están inmovilizados, que los hay, y controlan los cambios posturales. Les ayudan a vestirse o les visten. Es un trabajo continuo sin descanso.
Están muy cerca de ellos, sí, mucho, pero no les importa, porque es “su trabajo”
Hay personas con demencias y hay que tratarlos con el mismo cariño y profesionalidad que a los demás. ¿Si se exponen? mucho, sí mucho, y todos los días.
La labor que hacen es encomiable, digna de alabarse, por la dedicación y la profesionalidad que demuestran día tras día, y con la cercanía y el cariño de ver cómo los cuidan.
En residencia Padre Damian, les dedicamos a todos y cada uno de ellos, a nuestro equipo y a él resto de trabajadores de cada una de las residencias, este post en reconocimiento a su labor, a su dedicación y a su profesionalidad.
Acuérdense también de los trabajadores de las residencias porque ellos son excepcionales.
Gracias.
